Diario de un Friki II: Interludio del Amor I
Y dijo el sabio una vez: os voy a decir una cosa que la ciencia no puede explicar: el Amor. Y el sabio calló y el silencio se asentó. Las palabras perdieron su sentido cada vez que el cerebro trataba de refutarlo. Y cuando éste rehusó de cualquier explicación, el corazón empezó a latir…
Querido Diario:
Creo que me estoy enamorando. No sé realmente lo que significa estar enamorado, todavía no he encontrado una explicación física satisfactoria de eso que otros llaman amor. Pero sé que es algo raro. En vez de estar pensando constantemente en el problema de la medida de la Mecánica Cuántica, muchas veces me pillo a mí mismo pensando en sus ojos; en cómo me miró la última vez que la vi y en cómo me dedicó esa leve sonrisa. Es frustrante, cuanto menos, en vez de imaginar cómo sería escuchar las ondas gravitacionales, últimamente no paro de repetir el sonido de su voz. Ya no veo vídeos constantemente sobre Física, sino que estoy empezando a escuchar música. Y no cualquier tipo de música, sino aquellas letras que dicen: Hay amores que nacen en primavera… o Yo me enamoré de ti… Mientras me imagino que ella me escucha cantárselas.
Definitivamente estoy enfermo.
«¿Qué es el amor» - me pregunto constantemente - «sino un constructo social basado en la dependencia y la debilidad para con otro individuo?» La ciencia ya ha demostrado que nuestros sentimientos no son más que impulsos eléctricos e interacciones entre las diferentes células de nuestros órganos. Es una tontería aquel mensaje que las películas no paran de lanzar de que el amor es la fuerza más fuerte del Universo. Vaya patraña. Si no fuera por ese mensaje, Interstellar sería una película digna de ver. Solo hay 4 fuerzas fundamentales en el Universo, y ninguna de ellas es el amor.
Quizá el amor fuese necesario antaño, cuando el cerebro tuvo que ingeniárselas para que hombres y mujeres se aguantasen mutuamente mientras criaban a sus descendientes, para que así la vida prosperara. Eso es entendible, pues si no hubiera sentimientos de por medio, por seguro que mi padre hubiera aguantado más de 2 días casado con mi madre. Sobre todo cuando empieza con aquello de: ¡En esta casa lo hago todo yo! El amor, pues, ha sido una herramienta bastante efectiva para mantener activo el ciclo de la vida para los humanos. Ha sido la estrategia evolutiva perfecta, ya que mantiene a una familia unida pase lo que pase, lo que permite que los hijos crezcan hasta ser independientes.
Pero eso es todo lo que es. No me vengáis diciendo que «el amor es el sentido de la vida» y mierdas de esas. El único sentido que tiene mi vida es tratar de unificar toda la Física en una Teoría del Todo. Lo demás es secundario. Cuando lo consiga, entonces, seré capaz de demostrar que el amor no es nada más que un subproducto de reacciones químicas que tienen lugar en nuestro cerebro para volvernos tontos y no tomarnos en serio lo que realmente importa de verdad. Por eso creo que me dijo mi profesora de Física un día que me alejara de las mujeres: para poder estar centrado en la Física sin distracciones.
Es que ni siquiera puede decirse que el amor es algo real. Solo existe el mundo físico: las cosas están hechas de átomos, estos de partículas elementales, que interaccionan entre sí siguiendo las leyes de la Física, las cuales todavía tenemos que desentrañar del todo, pero que ya nos ofrecen una visión de lo que es realmente la naturaleza. Todo lo demás son ilusiones. La ciencia ya ha demostrado que solo existe lo material, todo el rollo de sentimientos, espiritualidad y esas cosas, son solo construcciones que nos inventamos para hacer de la vida más llevadera. ¡Es que está claro!
Y, aun creyendo en todo lo que he dicho, sigo poniéndome nervioso cuando sé que la voy a ver. Sigo sin poder levantar la mirada mucho, no vaya a sentirse incomodada por mis indignos ojos. Puede decirse que es la definición de belleza. Incluso diría que es más bella que la ecuación de Dirac (esto queda entre tú y yo, Querido Diario). Tal es su belleza que mis temblores no me dejan hablar cuando ella está delante. Todavía no sé su nombre. Alguna vez me lo dijo, pero, perdido como estaba en su mirada (esa mirada…), esa información escapó de mi mente tan pronto como entró. ¡Malditos sean los sentimientos, que no me dejan centrarme en la vida!
Debo alejarme de ella, esto no es sano. Yo solo amo a la Física. Las ecuaciones sí que son la definición de belleza. No hay otra sensación como perderse en un problema y encontrar luego su solución. Debo centrarme en la Física. Las mujeres que traten de entenderse entre ellas, la Física sí que puede entenderse claramente. Y, en última instancia, cuando consiga tener la Teoría del Todo, conseguiré entenderlo todo, incluso a las mujeres.
Eso es lo único cierto. Obviamente el sabio aquel se equivoca. La ciencia sí que podrá explicar el amor. Ya verás. Ese hombre dice demasiadas tonterías. ¿Qué va a ser lo próximo? ¿Hombres que se convierten en leones? Todo eso es falso. Lo único verdadero son las leyes de la Física.
Debo olvidarme de esa mujer, Querido Diario. Mira Newton, la mente más grande de la historia de la Humanidad se murió virgen. Ese sí que sabía. Seguiré tus pasos, oh, Newton.
Atte.
Un Friki
P.D.: Debo acordarme mañana de echarme el nuevo perfume, que a las 10:01 nos cruzaremos en la segunda farola del jardín del campus, como cada día.
Continuará…